Este ácido es un producto natural, pues bien, se extrae de un hongo de origen japonés. A partir de un resultado químico en la industria cosmética sirve para inhibir el exceso de melanina en la piel, tratamiento ideal para atenuar esas pequeñas manchas e imperfecciones de la piel.
Posee un conjunto de propiedad que funciona como antioxidante, es capaz de aclarar desde pecas, hasta pequeñas manchas que han salido debido a la exposición de la piel durante muchas horas al sol, por no poner protección solar y prevenir.
Así mismo esta maravilla que esta presente en muchos productos, ayuda a disminuir la apariencia de las cicatrices.
El ácido Kójico, se puede encontrar de muchas formas desde una loción hasta jabón de higiene facial. Pero en este caso en concreto lo utilizaremos hasta dos veces, uno por la mañana y otro por la noche. Como hemos aprendido el cutis estará limpio para cualquier aplicación, con la yema de los dedos se extenderá bien la crema por el rostro dejando así que penetre para favorecer los resultados.
Ser constante y paciente son las claves para que nuestra piel se adapte a nuevos cambios, incluso según nuestro objetivo, para trabajar con el ácido kójico tendremos que esperar hasta los tres meses.
Es importante que la piel no quede expuesta al sol, pues bien, es posible que aparezcan efectos secundarios como irritación, sequedad o enrojecimiento. Ante la incorporación de este ácido en vuestra rutina facial diaria, hay que valorar la piel y observar cómo reacciona.